ESTILOS

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Un cuarto de
baño con una
zona de wellness

ESTILO RÚSTICO

Rústico significa “relativo al campo”, un paisaje domesticado por el hombre: trazado y ordenado para poder sacar partido de los frutos de la tierra. La diferencia entre estilo natural y estilo rústico es notable: en éste último, se trata de crear un ambiente inspirado en una naturaleza interiorizada a través de la tradición y de la artesanía. Los materiales naturales, como la madera, la piedra o el hierro, trabajados con técnicas tradicionales que muestran la pericia de la mano del hombre, son la materia prima de este tipo de decoración.

Un baño rústico se suele inscribir en la reforma de una casa de campo o de pueblo, donde las características propias de la construcción original nos van a guiar a la hora de definir su diseño de interiores. Vigas de madera a la vista, muros de ladrillo manual y forja en las rejas de las ventanas son el escenario natural de un baño rústico. Una buena reforma ha de conservar esos vestigios del pasado, pero sin sacrificar el confort que hoy día se le exige a esta estancia. Los vestigios de la arquitectura original pueden convivir sin tensiones con sanitarios, griferías y revestimientos actuales cuyo diseño se ha inspirado en las líneas representativas de un pasado con sabor rural.

En sanitarios, la colección Noble resulta idónea, tanto por sus líneas vintage como por su diálogo con la madera. Noble se expresa en un lenguaje que habla de la artesanía y la tradición propias del ambiente rural. Pero también las líneas sensuales de la colección Emma o la intrínseca simplicidad de muchos lavabos de encimera o sobre encimera pueden ser cómplices para lograr un baño de estilo rústico.

La grifería Grecia cumple, sin duda, todos los requisitos para convivir con los sanitarios Noble, mientras que la grifería Noa, de formas armónicas, puede dialogar serenamente con los lavabos y sanitarios más actuales de líneas sencillas y evocadoras.

Los revestimientos cerámicos son un aliado para marcar estilo. Combinados con insertos o mallas, se alinean con los antiguos oficios artesanales y recrean ese gusto sencillo, pero a la vez exquisito, que tanto nos seducen en las casas de campo tradicionales. Si bien se puede conservar una textura de cal, de cemento o de ladrillo en alguna pared que no entre en contacto con el agua, los revestimientos porcelánicos esmaltados ofrecen una resistencia a la humedad que los hacen insuperables. Las colecciones Vesubio, con tonos arenas y ocres; o la colección Siena, que reproduce en sus insertos los dibujos geométricos propios de la baldosa hidráulica, son grandes opciones.

El blanco, como en todos los estilos, es una garantía de luminosidad y se puede combinar con colores minerales, como ocre, siena, albero o índigo, tonos que reproducen los colores de la tierra y dialogan con ese campo y ese ambiente rural propio de este estilo.

Para los detalles: arreglos de flor seca o natural, toallas de algodones y linos gruesos, alfombras de esparto, vasijas cerámicas, jabones naturales y muebles auxiliares de madera maciza o hierro, o que combinen ambos materiales, espejos con marcos de madera decapada o, porqué no, sin marco alguno. El plástico queda desterrado.

Un baño rústico es siempre un espacio lleno de encanto, de inspiración, de honestidad y de coherencia. Transmite las mismas sensaciones ancestrales que un campo de trigo o un terreno con bancales donde se cultivan olivos centenarios. Si el baño es hoy en día un lugar apropiado para la ensoñación y la evocación, con el estilo rústico, ambas cosas están aseguradas. 

 

Cargando.
Espere por favor...